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Ruta Colombres - Vilde - Colombres. Por el Camino del Monte | Turismo activo | Rutas en Asturias | Rutas | Colombres | Ribadedeva | Comarca del Oriente de Asturias | Oriente de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.
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Descripción
Distancia: 3.500 m aprox.
Duración: 45-60 minutos.
Diferencia de altitud: 97 m (120 m en la Casa Roja, 23 m en Vilde).
Dificultad: Fácil.
Calificación: Ruta a pie.
Descripción
Emprendemos el camino desde la Casa Roja, a la que bordearemos por detrás tomando la carretera que va al campo de fútbol. A los pocos metros tomamos una senda a mano derecha que en unos cien metros va a dar a la portilla de un prado; ya en éste, continuamos hacia la izquierda hacia abajo siguiendo el cierre que le linda y, tras cruzar un pequeño arroyo, bordeamos un bosquete de eucaliptos hacia donde el camino cae sobre Vilde en una serpenteante y pronunciada cuesta.
Ya en Vilde seguimos la ruta hacia la derecha en dirección a la capilla de San Roque, cuya fiesta se celebra el 16 de agosto, y donde tomaremos la senda que va por debajo de la capilla. Pocos metros después, ésta se bifurca y caminaremos por el ramal derecho, emprendiendo la marcha hacia arriba en dirección a la carretera que une Colombres con Villanueva, saliendo por la curva de El Quinejo. De ese punto llegaremos de nuevo a Colombres por la propia carretera.
OBSERVACIÓN DE LA NATURALEZA
Comienza nuestra marcha atravesando las praderías que conforman el relieve de la rasa de Colombres para pasar por uno de los abundantes bosques de eucalipto. Salpicados entre éste, camino abajo hacia Vilde, encontramos numerosos ejemplos de lo que debió de ser el bosque original, compuesto por roble, encina, espineras, servales, avellanos y laureles, con algún castaño aquí y allá, que intentan asomar la cabeza entre la agobiante presión del cultivo de eucalipto.
A partir de la capilla de San Roque, el bosque autóctono recupera la supremacía incluso sobre el camino, al cual está a punto de cegar. La vegetación se complementa con gran variedad de especies arbustivas y de helechos.
La fauna salvaje requiere especial paciencia para su observación, siendo más frecuente para el caminante el percibir la presencia de la vida animal por las huellas que ésta deja a nuestro paso. Si se es afortunado y, especialmente, se camina a primeras horas de la mañana, es posible cruzarse con alguna raposa, alguna fuina, gineta o comadreja, un puercoespín, o avistar al jabalí y al corzo. Según la época del año, coincidiendo con las migraciones de las aves, es posible ver bandadas de arcea, avefrías, alguna garza y otras que nos visitan periódicamente. Entre las vecinas habituales contamos con diferentes ejemplos de rapaces, aves nocturnas y córvidos, aparte de la pléyade de pequeñas aves, gorriones, raitanes, miruellos, verderines y pioyinas, que anidan entre lo más cerrado de los matorrales.
Hay anfibios, como la salamandra, el tritón, ranas y sapos, y reptiles, entre los que, aparte de la ubicua lagartija, quizá nos sorprenda algún lagarto o víbora, que sentirán más miedo de nosotros que el que nos puedan infundir, más culebras de agua y los escurridizos arangüezos o esculienzos —culebra de cristal, lución—, que completan el catálogo de la pequeña fauna.
Recordar que no pretendemos ir de safari. Es recomendable atravesar los bosques con el mayor respeto hacia sus habitantes, sin proferir ruidos, tirar piedras o andar a ñeros.
LA HUELLA HUMANA
Las sendas y las caleyas son como las venas y los vasos capilares de la vida rural tradicional. Han sido frecuentados por generaciones de vecinos camino de su trabajo, con el ganado, como vías de comercio, como primer trayecto hacia la emigración o último hacia el cementerio. Su estado es síntoma del estado de salud de un pueblo y de una forma de vida. Hoy, nuestros senderos tradicionales se ciegan por falta de uso, por ellas apenas pasa vida. Quizá sea el signo de los tiempos, pero es difícil resignarse a ver morir lo que una vez nos dio lo que somos.
La ruta parte de la Casa Roja, muestra del eclecticismo constructivo importado por los indianos, para adentrarse en la campa que corona la rasa de Colombres. Es muy probable que en esta rasa, al igual que ocurre en la sierra de La Borbolla, se levantaran túmulos funerarios en tiempos de la Edad de Hierro, hoy sólo constatados en Villanueva y en Noriega, pues los que aquí se erigieron fueron probablemente destruidos por trabajos agrícolas a lo largo de los tiempos.
Bajando hacia el pueblo de Vilde, atravesamos un eucaliptal. Cultivado de forma intensiva en Ribadedeva y quizá demasiado opresivo sobre el bosque autóctono, el eucalipto es, por otra parte, una importante fuente de ingresos no desdeñable en el medio rural por sus limitadas oportunidades de crecimiento.
Llegados al pueblo de Vilde, reseñamos el conjunto de casas rurales del barrio de la Haya y nos encaminamos hacia la capilla de San Roque, que celebra a su santo el 16 de agosto.
Emprendemos la subida hacia la carretera de Villanueva a Colombres por el camino del monte. Próxima a él, a mano derecha, está la cueva abrigo de la Covariella, o cueva del Monte, refugio catalogado entre los bienes arqueológicos del concejo, aún pendientes de un exhaustivo estudio.
Ya por fin, la carretera nos lleva a Colombres, dándonos a su entrada una perspectiva nueva de su caserío.
RECOMENDACIONES PARA LA MARCHA
No es una ruta larga pero sí fatigosa por lo empinado del terreno. Hay que calzar botas fuertes apropiadas para camino abrupto y barro, y vestido a prueba de desgarros, o que al menos no nos importe su deterioro, ya que a trozos el camino es cerrado. Recordar siempre cerrar las portillas que podamos cruzar y no atravesar prados con hierba alta, pues éstos son para la siega. Los vecinos nos darán todas las indicaciones que precisemos con la misma amabilidad con que les preguntemo
Normas básicas de seguridad
Concejo de Ribadedeva
Solares medievales, Camino de Santiago, un monasterio que mira al mar, historias de amor indianas y una cueva Patrimonio de la Humanidad, El Pindal… Así es Ribadedeva.
Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Ribadedeva son: Llanes, Peñamellera Alta y Peñamellera Baja. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Ribadedeva, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.
Comarca del Oriente de Asturias
Es la tierra asturiana que primero ve el sol, que tiene las montañas de más altitud de la cordillera cantábrica, los Picos de Europa, Parque Nacional, Reserva de la Biosfera y lugar donde se inició la Reconquista en España, concretamente en Covadonga.
La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Caravia, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Piloña, Ponga, Ribadedeva y Ribadesella. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.
Conocer Asturias
«Asturias, una hermosa región situada en el norte de España, se distingue por su increíble belleza natural y su gran diversidad de paisajes. En toda la región, se pueden encontrar numerosos monumentos naturales que son auténticos tesoros de la naturaleza.»
Resumen
Clasificación: Turismo activo
Clase: Rutas en Asturias
Tipo: Rutas
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Ribadedeva
Parroquia: Colombres
Entidad: Colombres
Zona: Oriente de Asturias
Situación: Costa de Asturias
Comarca: Comarca del Oriente de Asturias
Dirección: Colombres
Código postal: 33590
Web del municipio: Ribadedeva
E-mail: Oficina de turismo
E-mail: Ayuntamiento de Ribadedeva
Dirección
Dirección postal: 33590 › Colombres • Colombres › Ribadedeva › Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí